En la década de los 60 se acuñó el concepto ‘One Health’, o en español, como prefiero decirlo yo, ‘Una sola Salud’. Desde la pandemia que padecimos, este concepto creció en popularidad e implicación social. Para que se entienda, pondremos el ejemplo de una mesa de 3 patas: una de ellas, la salud humana; la otra, la salud animal, y la última la salud medioambiental. El equilibrio de esta mesa solo se logra si no falta ninguna de ellas.
La salud de los humanos, de los animales y del medio ambiente están estrechamente relacionadas, y sin el fomento de las tres, de forma conjunta, no se puede lograr ninguna, siendo los veterinarios, en muchos casos, el nexo de unión y garantes de la correcta interacción entre ellas.
Enfermedades zoonóticas y one health
Se calcula que el 60% de las enfermedades infecciosas conocidas que afectan a las personas son zoonóticas, es decir, se pueden trasmitir desde un animal al ser humano. Este porcentaje aumenta hasta el 70% en el caso de las enfermedades emergentes (nuevas).
Por poner ejemplos cercanos, el virus SARS-CoV-2, que causa la COVID-19 o, por remontarnos en el tiempo, el virus de la rabia que aparece ya en los tratados más antiguos de medicina que se conservan y en la actualidad se sigue considerando una de las zoonosis más mortales a nivel mundial, a pesar de que exista una vacuna desde hace casi 150 años. Es una enfermedad que hemos olvidado en gran parte de Europa, pero que es endémica (es decir, que está constantemente presente) en países con Ucrania o en Marruecos.
La salud medioambiental
La mayoría de enfermedades zoonóticas utilizan como reservorio la fauna silvestre o son transmitidas por vectores, siendo los más comunes los mosquitos o las garrapatas.
El cambio climático está haciendo que se modifiquen las zonas de distribución y la época de aparición de los vectores, aumentándolas y como consecuencia, incrementando la distribución geográfica y temporal de muchas enfermedades.
Por otro lado, si existe una sobrepoblación animal, si estos no tienen bienestar, si se enferman de alguna zoonosis, se va a transmitir mucho más rápido y aumentará el riesgo de contagio a nuestros animales domésticos y a la población humana.
Los veterinarios estamos altamente implicados en la sostenibilidad de la ganadería, investigando y aconsejando la implementación en las mismas de los más avanzados métodos para minimizar el posible impacto medioambiental que la actividad ganadera (que, recuerdo, es imprescindible para poder alimentarnos) pudiera ocasionar en el medio donde la explotación esté ubicada.
Por supuesto, la salud animal
Indiscutiblemente, somos los únicos con formación para mantener la salud animal: los animales de compañía, pero también con los animales de producción, es decir, los que generan los alimentos que consumiremos, al menos 3 veces al día.
Mediante los planes de vacunación y desparasitación, así como seguimiento sanitario de los animales de compañía, los veterinarios mantenemos la salud de nuestras mascotas y reducimos el riesgo de que los miembros de nuestra familia se puedan contagiar.
En el ámbito ganadero, mantenemos la sanidad y bienestar animal mediante programas de control y erradicación de enfermedades, asegurándonos que los animales viven en condiciones etológicamente adecuadas a su especie, comprobando el bienestar de los mismos y de que no padecen enfermedad alguna que pueda contagiar a otros animales o a los seres humanos, controlando enfermedades que pudieran ser limitantes comerciales con otros países y garantizando que van a producir alimentos seguros.
El papel en la salud humana
En el caso de la salud humana, trabajamos en el ámbito de la salud pública, reduciendo el riesgo de contagio de las enfermedades de los animales, tal y como como ya hemos mencionado; así mismo, aseguramos la higiene de los alimentos, desde que salen de una explotación ganadera hasta que llegan a un lineal, para su consumo, pero yendo más allá, controlamos la higiene en la restauración colectiva, en las fábricas de envasado, etc.
Como idea principal, la sociedad debe saber que para que un alimento de origen animal llegue al consumidor han intervenido, como mínimo, cinco veterinarios, en los diferentes procesos de producción, procesado, transporte y almacenamiento para verificar que es seguro y apto para su consumo.
Teresa López, presidenta del Colegio de Veterinarios de la Región de Murcia.