Las personas que conviven con un familiar con una condición de salud mental grave (esquizofrenia, trastorno bipolar, trastornos de personalidad, depresión) o con neurodiversidad (TDAH, autismo), a veces, se sienten inseguras al no saber cómo actuar ante una situación de crisis emocional, o qué actitudes y conductas deben mantener para favorecer el proceso de recuperación de este familiar que está sufriendo.
La familia puede contribuir de varias formas a que la persona con diagnóstico en salud mental viva de una manera más positiva su situación y, de este modo, intentar evitar las recaídas. Estrategias útiles:
- Informarse sobre la enfermedad. Contar con el profesional que trata a su familiar (psiquiatra, psicóloga o enfermera) para aclarar cualquier duda y que le oriente para la gestión de situaciones difíciles que pueda tener con él/ella. Existen también asociaciones de familiares, donde podrá encontrar no solo información y talleres de psicoeducación, sino también el apoyo de otras personas que tienen los mismos problemas que derivan de convivir con un familiar que presenta problemas psicológicos o mentales.
- Mejorar la comunicación con su familiar. A veces, resulta difícil comunicarse con la persona que presenta una condición de salud mental y/o neurodiversidad. El saber cómo expresar sentimientos, o decir de una forma positiva las cosas que no nos gustan o que desearíamos cambiar, no siempre es fácil. Aprender ‘cómo comunicarse’ es de gran importancia y puede contribuir a mejorar las relaciones y suavizar las tensiones familiares.
- Saber adaptarse a la conducta sintomática. La forma en que se manifiesta la enfermedad puede variar de una persona a otra y, además, también se pueden producir cambios en los síntomas dependiendo de la fase en la que se encuentre. Sin embargo, hay un grupo de síntomas y comportamientos que suelen aparecer en algún momento, ante los que la familia en muchas ocasiones no sabe cómo actuar.
Las orientaciones sobre cómo enfrentase a estos síntomas que a continuación se describen no pretenden que estos desaparezcan, solo intentan ser útiles para guiar su forma de actuar, reducir su angustia o preocupación acerca de si su conducta es o no la adecuada, y para evitar, en la medida de lo posible, enfrentamientos innecesarios y actitudes críticas que pueden repercutir en el empeoramiento de la dinámica familiar.
Comportamientos a evitar
- Empeñarnos en sacarle de su error, ya que para él la situación es tan evidente que piensa que solo una persona inculta o un enemigo lo pondría en duda.
- Entrar a discutir las ideas ‘extrañas’, pero sin que ello de lugar a que piense que las compartimos. Nunca se le debe dar la idea de que sus creencias son parte de la realidad.
- Cuchichear o realizar gestos de forma disimulada a otra persona creyendo que él no lo nota.
- Intentar engañarle suponiendo que no comprende o que no se da cuenta de lo que pasa, haciendo, a veces, falsas promesas para calmarlo.
¿Qué podemos hacer?
- Prestar atención a lo que dice para entenderle, y será información valiosa para el psicólogo y/o psiquiatra.
- Escucharle sin hacer comentarios, haciéndole saber que comprendemos que está asustado o enfadado.
- Ser sinceros y claros con ellos; una promesa no cumplida o una información falsa puede destruir una relación. Mostrar serenidad y confianza.
- Cuando el paciente de muestras de poder aceptar la crítica de sus ideas delirantes, se puede comenzar a plantear dudas, sin llegar a discutir.
En el siguiente artículo se expondrán otras estrategias positivas para familiares y amigos de personas con problemas de salud mental.
Mª NIEVES MARTÍNEZ-HIDALGO. Doctora en Psicología. Psicóloga clínica. Directora de Fundación SOYCOMOTU®