La medicina reproductiva evita la transmisión del VIH entre parejas y a la descendencia

La fecundación in vitro o la inseminación artificial también evitaría la transmisión del virus de inmunodeficiencia adquirida entre los miembros de la pareja

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) puede considerarse como una de las más graves y trágicas epidemias del siglo XX. Está causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Se estima que en Europa la prevalencia del VIH en adultos ronda el 0,3% (560.000 casos), de los cuales aproximadamente el 60% tienen entre 20 y 40 años, principal franja de edad reproductiva. En concreto, en España los últimos datos epidemiológicos indican un descenso en los últimos 10 años de nuevos diagnósticos de VIH.

VIH y maternidad

En la actualidad, no se dispone de vacuna, pero sí de un tratamiento eficaz para controlar la replicación del virus y evitar la progresión de la enfermedad. El tratamiento antirretroviral es fundamental para que las mujeres seropositivas puedan tener hijos con un riesgo mínimo de transmisión del virus a su hijo, menos del 2%.

En España, la transmisión vertical, de madre a hijo, representa el 0,1% de todos los nuevos casos. 

En este contexto, la medicina reproductiva juega un papel muy importante, permitiendo el embarazo en parejas serodiscordantes, evitando el riesgo de transmisión entre los miembros de la pareja. 

Avances en medicina 

Gracias a estos avances y a la perspectiva actual de la enfermedad, el VIH se ha convertido en una enfermedad crónica y controlable, por lo que cada vez más parejas que conviven con el virus se deciden a dar el paso y tener descendencia. 

Sin embargo, hay otros casos en los que sí tienen que acudir a la medicina reproductiva: “Cuando la pareja rechaza mantener relaciones sin protección, presentan algún problema de fertilidad o no cumplen con los requisitos para la concepción natural, las técnicas de reproducción asistida representan la mejor opción para conseguir el embarazo sin riesgo de contagio de la infección entre los miembros de la pareja”, explica el doctor Juan Carlos García Lozano, experto en reproducción asistida.

La Sociedad Española de Fertilidad ha publicado las recomendaciones para la aplicación de técnicas de reproducción asistida en parejas VIH positivas. 

El proceso

Si el seropositivo es el hombre, es posible determinar cualitativa y cuantitativamente la presencia de virus en muestras seminales mediante el empleo de técnicas moleculares. Este tipo de técnicas nos informan de la presencia o no de este virus y, por tanto, de la posibilidad de contagio tanto al cónyuge como a la descendencia. 

Previa a la determinación de la carga viral en semen, la muestra es sometida a un proceso exhaustivo de varios lavados que elimina la presencia de virus. 

Posteriormente, esta muestra se fracciona en dos: una para analizar molecularmente la presencia de virus, mientras que la otra fracción se criopreserva para su posterior uso en el tratamiento de reproducción asistida.

En función del resultado del estudio de esterilidad, la muestra de semen así obtenida se puede utilizar para inseminación artificial o fecundación in vitro.

Cuando es la mujer la afecta, se debe contraindicar el embarazo mientras la carga viral sea detectable. Las técnicas de reproducción se aplicarán en función del resultado del estudio de esterilidad. Se podría realizar una inseminación artificial o un ciclo de fecundación in vitro con el eyaculado de la pareja y, una vez embarazada, debe continuar con el tratamiento antirretroviral. 

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