El boom de las proteínas

En los últimos años hemos sido testigos de un creciente interés por los alimentos enriquecidos en proteínas. ¡Están en todos los supermercados ya! Batidos, yogures. Estos productos prometen una mayor saciedad, una ayuda en la construcción muscular y, en general, una dieta más saludable. Sin embargo, ¿son realmente la solución que necesitamos?

¿Qué son los alimentos enriquecidos en proteínas? Son aquellos a los que se les ha añadido proteínas extra. Si indica ‘alto contenido de proteínas’ es porque la proteína supone al menos el 20% del valor energético del alimento, mientras que si indica ‘fuente de proteínas’, debe contener un mínimo del 12%.

Según datos de consumo en España del 2023, la compra de alimentos fortificados con proteínas ha experimentado un notable aumento. Esto puede atribuirse a la creencia generalizada de que más proteínas significan una mejor salud.

Pero aquí radica el problema: priorizar los alimentos enriquecidos en lugar de los alimentos reales puede tener consecuencias negativas para nuestra salud.

Frescos y poco procesados también tienen proteínas

Es esencial comprender que una dieta equilibrada se basa en alimentos frescos y mínimamente procesados. Consumir en exceso alimentos enriquecidos puede llevarnos a descuidar la ingesta de nutrientes esenciales que se encuentran en alimentos naturales como frutas, verduras, legumbres, pescados, huevos, carne, tubérculos y cereales enteros. Y principalmente pensar que con ellos estaremos mejor alimentados.

Personalizar la suplementación

Pero, ¿qué pasa con nuestros hijos? Los adultos son modelos a seguir para los más pequeños en el hogar. Si priorizamos los alimentos enriquecidos en proteínas sobre los alimentos reales, estamos transmitiendo un mensaje equivocado a nuestros hijos.

Esto puede llevarlos a desarrollar hábitos alimenticios poco saludables y una dependencia excesiva de productos procesados. Lo cual conlleva a que los niños busquen más productos procesados, enriquecidos o no, pero con sabores más intensos, más palatales, por las cantidades elevadas de sal, azúcar y grasa. Provocando rechazo a los alimentos reales.

La clave está en la personalización de la suplementación. Es importante consultar con un dietista-nutricionista para determinar si necesitamos realmente suplementos de proteínas y en qué medida.

Para la mayoría de las personas, una dieta equilibrada que incluya una variedad de alimentos naturales proporcionará todas las proteínas necesarias para una salud óptima. Recomiendo mejorar la calidad de las proteínas, e incluirlas en las tres comidas principales del día: desayuno, comida y cena. Incluir en el desayuno huevos, paté de legumbres es ideal. Potenciar el consumo de legumbres combinadas con cereales para mejorar el valor biológico de las proteínas. Predominio de pescados y huevo frente a la carne.

En el caso de deportistas, ancianos y mujeres con menopausia se debe analizar su caso.
En resumen, mientras que los alimentos enriquecidos en proteínas pueden tener su lugar en ciertas situaciones, no deben reemplazar a los alimentos reales en nuestra alimentación diaria.
Priorizar siempre los alimentos frescos y naturales, y consultar con un dietista-nutricionista antes de recurrir a suplementos. Nuestra salud y la de nuestros hijos dependen de ello.

Rebeca Pastor
Rebeca Pastor
Dietista-nutricionista Colegiada número MU00043 www.mypersonalfood.es

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