El ayuno intermitente: ¿hace perder peso?

El ayuno es una abstinencia voluntaria de la ingesta de alimentos. ¿Sirve para perder peso? Para responder a esta pregunta es importante analizar lo que sucede durante las horas de ayuno.

Los principales sustratos energéticos son la glucosa y la grasa. Cuando la primera no está disponible, el cuerpo recurre a las reservas de grasa. En resumen, durante un ayuno prolongado el organismo pasa de quemar glucosa a corto plazo a quemar grasa a largo plazo. Esta premisa es lo que lleva a muchas personas a practicar lo que se conoce como ayuno intermitente.

¿Es un tipo de dieta?

El ayuno intermitente no es un tipo de dieta sino una manera de planificar las ingestas. Consiste en alternar periodos de ayuno con periodos de ingesta de alimentos de manera estructurada. En este sentido existen diferentes tipos.

  • Saltar las comidas: consiste en saltarse algunas comidas si no se tiene hambre y solo comer de manera saludable cuando aparezca el apetito.
  • Ayuno de 12 horas: este plan permitir que el cuerpo se vaya adaptando a los ayunos. Consiste en estar 12 horas sin introducir alimentos y suele coincidir con el periodo de descanso nocturno.
  • Ayuno 16/8 horas cada día: consiste en periodos de ayuno de 16 horas seguidos de periodos de ingesta de 8 horas. La cena se termina en torno a las ocho y no se vuelve a comer hasta la comida.
  • Ayunos de 2 días por semana, 5/2: consiste en alimentarse de manera saludable durante 5 días y reducir la ingesta durante los otros 2 días de la semana no seguidos.
  • Ayuno en días alternos: consiste en ingerir solo líquido cada 2 días.
  • Ayunos de 24 horas: no ingerir alimentos durante un día a la semana. Es decir, no comer nada entre desayuno y desayuno del día siguiente, o entre comida y comida del siguiente día. Se pueden tomar líquidos que no aportan calorías (agua o infusiones).

Los defensores de esta estrategia alegan que retrasa el envejecimiento, mejora el perfil lipídico y reduce los marcadores inflamatorios. También, que mejora la sensibilidad a la insulina, aumenta la resistencia al estrés y a la oxidación y se reduce el peso.

Algunos científicos defienden la alimentación temprana, es decir, eliminar la cena en lugar del desayuno.

Los estudios demuestran que el control de la glucosa en sangre es mejor por la mañana y empeora por la noche. Por otra parte, apuntan que digerimos los alimentos de manera más eficaz en la mañana.

Al realizar un ayuno lo que estamos haciendo es reducir las calorías de la dieta al eliminar comidas y, al mismo tiempo, prolongar esos periodos de tiempo en los que se deja de producir insulina. Si no se cuida lo que se come durante el periodo de ingesta, es difícil obtener resultados deseados.
Si no se produce una reeducación nutricional hacia una dieta saludable y equilibrada, el ayuno intermitente solo es una moda más.

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