El 22 de marzo los sanitarios de la Región de Murcia ejercerán el voto en las elecciones sindicales 2023. De esta manera, elegirán a los representantes de los trabajadores del Servicio Murciano de Salud y del cuerpo de Administración y Servicios que les representarán durante los próximos cuatro años. Uno de las candidaturas a estas elecciones es la del Sindicato de Profesionales de la Sanidad de la Región de Murcia (SPS).
Antonio Martínez, uno de sus fundadores, explica que la principal diferencia entre esta organización sindical y el resto de formaciones es que el SPS no recibe ningún tipo de ayuda pública o subvención, “lo que nos permite ser libres y no tener que rendir cuentas con nadie”.
Aunque el período electoral es una época llena de promesas y planes de futuro, desde el SPS prefieren recordar lo que se ha hecho en el pasado como prueba de lo que quieren hacer en el futuro.
Entre estas acciones, el fundador del SPS destaca la defensa que el sindicato hizo del personal estatutario en incapacidad temporal. “Sus bajas médicas estaban mal calculadas, y en algunos casos hablamos de miles de euros que eran suyos y que no habían recibido”, asegura Antonio Martínez.
El trabajo del Sindicato en esta cuestión fue conseguir que este cálculo fuera correcto, y que los trabajadores recibieran el dinero que les correspondía.
Por otra parte, explica Antonio Martínez, el SPS tomó cartas para cambiar la manera en la que se designaban los directivos de los hospitales. “Hasta entonces se hacían ‘a dedo’ por el político de turno. Ahora hemos conseguido que tengan que ser funcionarios públicos para cumplir con la ley”, explica.
Recursos mal repartidos
“La sanidad murciana tiene recursos suficientes, pero hay que gestionarlos mejor”, asegura Antonio Martínez. Para conseguirlo, apuntan desde el SPS, debe haber control externo sobre cómo se gestionan y reparten dichos recursos.
Un ejemplo en el que el SPS ha conseguido que haya un mejor reparto de los recursos, es la admisión a trámite de la apelación que el sindicato tramitó sobre el acuerdo para la atención primaria.
Este acuerdo, en un primer momento, inyectaba un extra de capital a la sanidad pública para solventar la presión asistencial que estaba habiendo, pero este dinero solo se destinaba a los facultativos públicos.
El SPS denunció que el resto de personal, como auxiliares administrativos, de enfermería, celadores o trabajadores sociales, entre otros, se quedaban fuera del acuerdo. Solo los facultativos, que representan el 10% del personal, iba a recibir una compensación económica extraordinaria.
Áreas de difícil cobertura
Otro ejemplo de la labor del SPS contra la desigualdad entre trabajadores del Servicio Murciano de Salud es la denuncia contra el sistema actual que establece las áreas de difícil cobertura.
Se denominan áreas de difícil cobertura a las zonas en las que Servicio Murciano de Salud no consigue destinar personal por el motivo que sea. Para evitar que falten profesionales, a los que accedan a trabajar en dichas zonas se les da una prestación económica que puede alcanzar los 12.000 euros al año.
“Antes eran puestos concretos, un anestesista en Yecla o cosas similares, de manera independiente del trabajador, incluso aunque fuese una persona de ese mismo municipio a quien no le ha costado ningún esfuerzo cubrir ese puesto. Esto ya era un despilfrarro, pero por algún motivo pasó después a ser global. Ahora todo el que trabaje, por ejemplo, en Totana, cobrará más que quien trabaje en Alhama de Murcia, aunque solo les separen unos kilómetros”, explica el fundador del SPS.
Desde el Sindicato avisaron de que era un gasto de dinero innecesario cuando todavía eran puestos concretos y no se había extendido a todo el área de salud, y ahora avisan de la discriminación que supone esta situación.
“Este panorama genera una desigualdad con los facultativos que trabajan en áreas no declaradas de difícil cobertura, y puede causar que se pongan en pie de guerrra”, advierte el SPS.
Cuidar a los que cuidan
El objetivo último del Sindicato de Personal Sanitario de la Región de Murcia es cuidar a las personas que cuidan de nuestra salud, independientemente de su grupo laboral, de la tarea que desempeñan o de su ubicación dentro de la Región.
“Están quemados, y con razón – denuncia Antonio Martínez – porque después de la pandemia están viendo que se nos ha olvidado todo. Es muy difícil ver cómo, después de dejarte la piel, de tener que trabajar con EPIs a 45 grados, de la incertidumbre, del riesgo, nadie te lo reconoce y no solo eso, sino que te dejan tirado”.
Para que esto no siga siendo así, el Sindicato pide a todos los trabajadores de la sanidad pública murciana que acudan a votar el próximo 22 de marzo.
Esta acción puede marcar un antes y un después en el futuro de la gestión y el control de los fondos y recursos, de los que luego ellos mismos dispondrán.
