El Mar Menor ha sufrido un deterioro que ha tenido consecuencias como la llamada ‘sopa verde’ o el mediático episodio de los peces que ‘huían del agua’. Para conseguir limpiarlo una de las iniciativas es el Proyecto RemediOS. Esta investigación forma parte de la iniciativa del Instituto Español de Oceanografía (IEO) para la recuperación de ecosistemas degradados usando técnicas de acuicultura. En este caso, se pretende usar bivalvos, concretamente ostras planas.
Marina Abentosa, bióloga, investigadora del IEO y responsable de RemediOS, explica que estos bivalvos tienen un enorme potencial ya que se alimentan por filtración, es decir, cogen grandes cantidades de agua, retienen en sus branquias los alimentos y expulsan el agua, ya limpia.
Esto, apunta la bióloga, es útil para el Mar Menor, ya que lo que conocemos como ‘sopa verde’ es un exceso de microalgas, que es la base de alimentación de los bivalvos.
Soluciones verdes
La población de ostras planas en el Mar Menor durante los años ochenta ascendía a 135 millones. La competencia con otras especies, la sobreexplotación y el deterioro ambiental del Mar Menor acabó con esta especie.
“Cuando desaparece una especie también desaparece lo que es ventajoso de esa especie, incluso para el ser humano. Estas iniciativas son las que llamamos soluciones basadas en la naturaleza o soluciones verdes. Significa que lo que el ser humano le quita a la naturaleza, devolvérselo imitándola. Con las armas y mecanismos que tienen la naturaleza, restaurar lo que hemos hecho”, explica Marina Abentosa.
Soluciones grises
“Esta es una solución, pero no es la única solución”, apunta la bióloga. “El Mar Menor requiere muchas actuaciones, y la primera está en tierra”. La falta de colaboración entre los agentes que afectan a la laguna, desde el turismo a la pesca pasando por la agricultura, son una de las causas del deterioro en el que se encuentra el paraje natural. Recuperarlo debe ser una responsabilidad de todos.
Ya se ha hecho
La idea de usar especies filtradoras para llevar a cabo una recuperación de un ecosistema ya se ha llevado a cabo antes y con éxito. La responsable del Proyecto RemediOS usa como ejemplo la Bahía de Tampa, en Florida (Estados Unidos).
“Les enseñamos fotos de nuestra ‘sopa verde’, y nos dijeron que hace 30 años la bahía de Florida estaba igual y han tenido éxito recuperándola”, narra Marina Abentosa.
Treinta años puede parecer mucho, pero, como apunta la bióloga, “en la ciencia, para estar seguros, hay que hacerlo con cuidado. No podemos coger veinte millones de ostras y meterlas en el Mar Menor porque sería trasladar organismos de un ecosistema a otro, y tiene consecuencias negativas”.
A corto plazo
Calcular cuánto tiempo costará recuperar el Mar Menor es complicado y quizá desmotivador, pero, como apunta Marina Abentosa, se pueden fijar objetivos a corto plazo que nos coloquen en el buen camino.
En el caso del Proyecto RemediOS, “hemos construido un criadero experimental de ostras planas usando unas técnicas de acuicultura aplicada a la restauración de ecosistemas. Así conseguimos las larvas, los bebés de las ostras, y cuando alcanzan un tamaño adecuado, hacemos los estudios en el mar” apunta la bióloga. Añade: “El objetivo primero es conseguir semillas, que son las ostras pequeñas”.
Con este objetivo cumplido, los científicos del Proyecto RemediOS quieren hablar con los pescadores que faenan en el Mar Menor. “Queremos saber cómo vieron ellos lo que pasó con las ostras. Recuperar esa memoria y debatir si esto se puede recuperar. Porque eso, además de ser una actividad de restauración, puede ser una actividad que tenga un beneficio económico. Es el crecimiento azul”. Recuperar el bienestar del Mar Menor traería consigo una recuperación del turismo y la pesca perdidos por su estado actual.