Sandra Navarro Baño es enfermera desde 2004 (Universidad de Murcia). En la actualidad ejerce en el centro de salud de Archena, y acaba de ser nombrada vicepresidenta del Colegio Oficial de Enfermería de la Región de Murcia, tras las elecciones del 27 de enero, en las que resultó ganadora la candidatura encabezada por otra mujer, Amelia Corominas.
Además, Sandra Navarro también es madre de tres niños, por lo que es conocedora de las dificultades que conlleva la crianza con la realización de una jornada completa como enfermera.
SALUD21: Vuestra profesión es mayoritariamente femenina. ¿Es fácil conciliar la vida familiar y laboral siendo enfermera?
SANDRA NAVARRO: La conciliación, entendida como el equilibrio de la vida personal y profesional de las personas, está considerada como uno de los grandes retos sociales actuales.
Las enfermeras tienen diferentes factores laborales los cuales dificultan negativamente a la conciliación familiar y personal: trabajar a turnos, falta de flexibilidad horaria, elevada temporalidad e inestabilidad laboral y plantillas muy reducidas e insuficientes para cubrir imprevistos.
Existe una tensión constante entre las exigencias del puesto de trabajo y los cuidados familiares y personales.
S21: ¿Qué medidas proponen desde el Colegio Oficial de Enfermería de Murcia para mejorar la situación descrita anteriormente?
S.N.: Queda mucho por hacer. El primer paso para poder transformar una realidad es identificarla y generar conciencia de su existencia.
Hablar de conciliación es apelar a que las enfermeras puedan llevar adelante su trayectoria vital, social, profesional y familiar sin costes monetarios, ni de salud ni de oportunidad. Esto implica un enfoque de corresponsabilidad de toda la sociedad, empezando por la Administración que ha de velar por los derechos de las enfermeras como trabajadoras esenciales del sistema sanitario.
Hay falta de políticas concretas que permitan conseguir una conciliación real y efectiva de la vida laboral y familiar.
S21: ¿Tienen propuestas concretas desde el Colegio de Enfermería para plantear a los organismos públicos con el fin de que se puedan llevar a la práctica cuanto antes?
S.N.: Pues muchas y variadas. Entre otras, sería necesario contar con escuelas infantiles en los hospitales para garantizar el cuidado y protección del niño y facilitar la conciliación de la enfermera.
Necesitamos que puedan pedir permisos y/ o reducciones de jornada si están al cuidado de niños y/o dependientes, o por motivos de enfermedad temporal y crianza, sin una reducción salarial abusiva.
Es vital, además, la implantación de nuevas propuestas políticas en la línea de los países nórdicos que faciliten la conciliación familiar y profesional como abogar por los horarios flexibles adaptados a las necesidades familiares, y ampliar los permisos de maternidad y paternidad. Disminuiría así el absentismo laboral y mejoraría en gran medida la satisfacción de las trabajadoras.
S21: ¿Las enfermeras sufren del llamado ‘techo de cristal’?
S.N.: Desde hace varias décadas se está produciendo un cambio en los roles sociales que fueron establecidos: reproductivo-mujer y productivo–hombre.
Pero a pesar de ello, los tiempos dedicados al cuidado de hijos/as, personas dependientes y las tareas domésticas, continúan siendo mayores en las mujeres que en los hombres.
Esto afecta negativamente en sus condiciones laborales y de promoción profesional. Tienen menor tiempo para el estudio de postgrado y peores opciones de promoción profesional. Es muy complicado comprometerse a determinados tipos de cargos de gestión.
Aunque se ha avanzado, queda aún mucho camino por recorrer para que se reconozca en su justa medida la actividad asistencial, gestora, política, educadora, formativa e investigadora de las enfermeras.