El Sindicato de Enfermería SATSE Murcia exige al Servicio Murciano de Salud (SMS) medidas ‘firmes y eficientes’, ante el aumento de las agresiones a profesionales sanitarios. Así, solicita la realización de un catálogo de centros con especial siniestralidad, para poder poner medidas dirigidas a la prevención de agresiones según el riesgo.
“Queremos puestos de trabajo seguros para los trabajadores y eso es responsabilidad de las Administraciones”, advierte el Sindicato.
Tolerancia cero
SATSE Murcia defiende la tolerancia cero ante la violencia a los profesionales de la salud. “No debe quedar ninguna agresión sin denunciar, pues el Código Penal nos reconoce como autoridad profesional y cualquier agresión en nuestro puesto de trabajo se contempla como un atentado a la autoridad”.
Y es que “no es de recibo que los profesionales agredidos tengan, incluso, que marcharse de su centro de salud, agudizando más las consecuencias de una agresión”, critica el Sindicato de Enfermería.
8 de cada 10 agresiones
SATSE recuerda que, según una macroencuesta realizada este año por el Sindicato, el 83,47% de las enfermeras y enfermeros de la Región consultados ha sufrido alguna agresión, física (empujones, retenciones involuntarias, puñetazos) o verbal (amenazas, vejaciones, insultos) a lo largo de su vida laboral por parte de pacientes y/o familiares.
Seis de cada diez enfermeras que han resultado agredidos durante su labor asistencial y de cuidados no han recibido ningún tipo de apoyo por parte de la administración pública o empresa privada sanitaria para la que desarrollan su trabajo, y una mayoría, el 96,72%, no ha contado con ayuda psicológica especializada.
El 74% afirma no tener la información y formación necesaria para afrontar una agresión en su desempeño laboral, y el 57% considera que su centro de trabajo no dispone de los medios y medidas necesarias para evitar los episodios de violencia hacia los profesionales.
“Cualquier agresión a un profesional sanitario debería conllevar una respuesta conjunta, coordinada y eficaz de todas las administraciones públicas y empresas sanitarias privadas, pero la grave realidad es que no se tomen las medidas para acabar con una grave lacra en aumento y que afecta especialmente al personal sanitario, por su cercanía y contacto con los pacientes y sus familiares”, concluye SATSE.
