La profesión veterinaria está altamente feminizada. En la actualidad, más de la mitad de las personas colegiadas en la Región de Murcia son mujeres, pero no siempre ha sido así.
Aunque el Colegio de Veterinarios de la Región de Murcia se constituyó en 1907 y la colegiación comenzó a ser obligatoria en 1922, no fue hasta 1941 que Vicenta Ferreras entrase a formar parte de estas listas como primera mujer colegiada como veterinaria en nuestra Región.
Ana Montes, veterinaria, ha recogido estos datos de los registros del Colegio de Veterinarios entre 1946 y 2022 para conocer cómo ha ido transformándose esta profesión para pasar de ser ‘un trabajo de hombres’ a una labor que realizan muchas más mujeres.
Entre las causas de esta transformación, la veterinaria destaca que, en un primer momento, esta falta de mujeres en las facultades de veterinaria se extendía a todos los estudios superiores, y especialmente en los que se requería cierta fuerza: “No había mujeres estudiando y, por nuestra fisionomía, pensaban que no éramos lo suficientemente fuertes para poder realizar una tarea como la veterinaria”, explica.
Con la llegada de los números clausus se limitó el número de plazas en cada carrera universitaria, y esto hizo que solo quienes tenían mejores notas y menores índices de abandono pudieran matricularse y cursar dichos estudios.
Estas eran las mujeres. Por ello, también aumentó el número de mujeres que accedían a la carrera universitaria de veterinaria en España.
La feminización de los cuidados incluye la veterinaria
Otra de las causas que Ana Montes recoge como origen de que cada vez sea más alto el índice de mujeres que estudian veterinaria en comparación con los hombres es la misma que en otras profesiones: la feminización de los cuidados. Al igual que pasa en otras profesiones sanitarias, el rol de cuidadora de las mujeres se extiende a la veterinaria: “Del mismo modo que cuidamos a las familias, a los mayores, a los enfermos, también cuidamos a los animales porque así nos han criado”, explica la veterinaria.
Decisiones y techo de cristal
“A pesar de que la profesión veterinaria cuenta con un gran número de mujeres colegiadas, faltan mujeres en los puestos de dirección”. En el caso de la Región de Murcia, Teresa López es la primera presidenta que ha tenido el Colegio de Veterinarios murciano y la séptima a nivel nacional.
Ana Montes explica que esto es un ejemplo más de lo que se conoce como ‘techo de cristal’. Estas son las dificultades extra que la mujer tiene que sortear a la hora de ascender en su carrera profesional. Una de ellas, a la que se refiere la veterinaria, es la conciliación laboral.
“Hay muchas veterinarias que se gradúan y muchas que presentan tesis doctorales, pero luego no se promocionan en sus trabajos o en sus carreras laborales porque es una profesión muy exigente, que requiere muchas horas, y cuando se casan o tienen hijos, son ellas las que renuncian a su carrera para que esta no les ocupe tanto tiempo”, explica la veterinaria.
Educar desde pequeños
Aunque nos encontramos en el buen camino, así lo expone Ana Montes tras una extensa carrera en la que ha visto cómo han ido cambiando las circunstancias, para que este cambio se haga efectivo, real y permanente debe comenzar mucho antes de que los futuros veterinarios y futuras veterinarias entren al grado en la universidad.
“Aunque cada vez hay más chicos que trabajan tanto fuera como dentro de casa, todavía vemos que hay mucho por recorrer. Debemos educar tanto a niños como a niñas para realizar las tareas domésticas, y eliminar los roles de género para que tanto hombres como mujeres puedan acceder a puestos relevantes”, concluye la veterinaria Ana Montes.